Faltan pocos días para las elecciones a senadores, diputados y legisladores en CABA y en la provincia de Buenos Aires. Los comicios transcurren, como no se le escapa nadie, en un fuerte cuadro de crisis política.

La derrota del kirchnerismo en las PASO de agosto –con un derrumbe de 4 millones de votos- abrió un nuevo escenario en el cual el gobierno nacional ha decidido tomar la agenda que reclamaba la clase empresarial: devaluación, ajuste y mano dura. Así lo confirman la depreciación sistemática del peso oficial, el presupuesto 2014 diseñado para el pago de la deuda externa -mientras recorta en salud y educación-, el reconocimiento de los juicios de las privatizadas en el CIADI o el nombramiento de Granados y Milani.

La oposición tradicional no discrepa de esta orientación para resolver la crisis del país, es decir, a partir de un fuerte ajuste sobre la población trabajadora. Por eso han votado juntos en el Congreso la reapertura del Canje para favorecer a los fondos buitres, como antes votaron la reforma reaccionaria de las ART o la Ley Antiterrorista. Los Macri, los Massa y los De Narvaéz, defienden a rajatabla la devaluación y el pago de la deuda externa. La centroizquierda, encarnada por el UNEN, se encuentra copada por agentes del capital financiero como Prat Gay y Lousteau.

El dato novedoso en este cuadro ha sido el ascenso que la izquierda ha venido registrando a lo largo del año. En las PASO, el Frente de Izquierda y de los Trabajadores obtuvo casi un millón de votos a nivel nacional y más de 80 mil votos en la Ciudad de Buenos Aires. Estamos a un paso de consagrar diputados que defiendan los intereses de los trabajadores. En Salta, donde recientemente se realizaron las PASO provinciales, la izquierda nucleada en las listas del Partido Obrero realizó una elección histórica, siendo la lista más votada en la capital y realizando una gran elección en otros municipios. El PJ solo pudo superar al PO con la suma de 11 listas colectores y, aun así, en la lista de concejales solo logró una ventaja de cinco mil votos. Lo sucedido en Salta también se encamina a replicarse en provincias como Mendoza o Jujuy. Lo que permitiría formar un bloque de izquierda en el congreso, la única fuerza política que aún no cuenta con una representación en el Congreso.

Una expresión de un ascenso más general de la izquierda que desmiente el “relato” de que la crisis del kirchnerismo sólo puede desembocar en un reforzamiento de la derecha. Por el contrario, se parte de la comprensión que, frente a los desafíos que vienen, resulta más necesario que nunca contar con una representación de izquierda en el Congreso y en los parlamentos provinciales.

Los propios trabajadores telefónicos vivimos momentos importantes. Primero porque venimos de una elección sindical donde el frente Granate Blanca logró sacar el 40% de los votos en Foetra defendiendo un programa opuesto a la cooptación oficial de la dirección sindical alineada al gobierno y las patronales “Corpos” Telefónicas. Pero también porque se plantea luego de estas elecciones la necesidad de enfrentar una reforma del convenio que avanza con la flexibilización laboral sin siquiera presentar las actas al Plenario de Delegados y la Asamblea General. Un Convenio hermano gemelo al firmado por la Foeesitra.

En esta “dekada ganada” los trabajadores de las celulares continúan encuadrados en el convenio de Comercio y miles de tercerizados en el convenio de la Uocra. Y ahora las patronales van por las conquistas, la jornada laboral y el convenio.

Los trabajadores que luchamos contra los topes salariales y las tercerizaciones, amparados en el Ministerio de Trabajo, tenemos un punto de apoyo indiscutible en las listas del Frente de Izquierda. En nuestro gremio varios compañeros telefónicos como Pablo Eibuszyc Delegado del Ed. Libertad y congresal a FATEL, Flavio Pereyra delegado del Ed. Republica y José Sosa Delegado  Ed. Pacheco son candidatos en las listas de Frente de Izquierda.

Muchos compañeros brindaron su apoyo al Frente de Izquierda y de los Trabajadores durante las PASO de agosto. Ahora, tenemos una oportunidad histórica de que la izquierda pueda entrar al Congreso y a las legislaturas, para defender las reivindicaciones y los intereses de los trabajadores frente al ajuste que se les intenta imponer.

Más que nunca, ¡vamos con el Frente de Izquierda al Congreso y a la Legislatura!