El jueves 30 de junio volvió a realizarse una asamblea general de Foetra Sindicato Buenos Aires. Con una presencia de más de 1.200 compañeros telefónicos, la propuesta presentada por la directiva fue aprobada en la línea de las paritarias sin conflicto y en sintonía con los acuerdos promovidos por el Ministerio de Trabajo, es decir aumentos en cuotas, que no van al básico de convenio y con paz social por un año.
El acuerdo es en tres cuotas, 21% en julio, 5% en enero y 5% en febrero para llegar al 31% luego de ocho meses. Al básico sólo pasa un 25% del aumento recién en abril. Hasta ese momento al aumento se le aplican los descuentos, pero no impacta en el premio semestral o en las guardias -trabajo en fines de semana muy común en el gremio. Telefónica y Telecom son las patronales que más ganan en el país luego de Repsol y por encima de los bancos, pero han logrado firmar un aumento por un año que no va al básico y, encima, con una garantía de “paz social”.
La convocatoria a la asamblea general fue una victoria del activismo y las agrupaciones del gremio. La directiva de Foetra se había negado a convocarla en las dos últimas dos paritarias. Por ese motivo, más de 900 firmas fueron presentadas, además de decenas de mandatos que exigieron que se convoque. Este se extendía a sectores de base del propio oficialismo. Su convocatoria, por lo tanto, es una victoria del activismo del gremio, más allá de la aprobación de las actas.
A la asamblea se llegó con el despacho favorable al acuerdo de un Plenario de Delegados, que la directiva peleó palmo a palmo en los edificios. Dividiendo votaciones por sectores o realizando asambleas nuevamente donde había ganado el rechazo. Así y todo, no pudo quebrar a todo un sector del gremio que viene rechazando y reclamando una recomposición salarial atrasada, luego de años de firmar los topes salariales del gobierno, con plazos anuales. Esto derivó en sucesivas crisis y rupturas dentro del oficialismo.
En la asamblea, la mesa manipuló la lista de oradores para no dejar hablar a otras agrupaciones, sólo apenas dejaron mocionar el rechazo, lo cual fue presentado como rechazo total al acuerdo y plan de lucha, lo que favorecería a que un sector el gremio se incline por la aprobación. A la mesa le favorecía esta polarización para acrecentar su margen de aprobación, sobre todo tomando en cuenta los mandatos previos de las asambleas de edificios, donde se votaron distintas modificaciones que buscaban mejorar el “preacuerdo”: que el aumento vaya al básico y no a las cuotas, y que no se firme por un año para poder revisar el acuerdo en diciembre o marzo. Con tal de aprobar, la mesa digitó y proscribió la lista de oradores a la asamblea general. En Rosario, el Sitratel -el segundo sindicato en importancia dentro de Fatel-, la Federación que integra y dirige Foetra, votó en un plebiscito en los edificios rechazar el preacuerdo, dado que no satisfacía las necesidades de los compañeros, a la par que es una directiva que hace años -desde 2007- que no realiza asamblea general.
Varios oradores oficialistas se refirieron a la necesidad de aprobar este acuerdo para luego “profundizar el modelo nacional y popular”. Frente a estas intervenciones el aplauso fue medido, sólo algunos sectores. La intervención de Claudio Marín, secretario adjunto del sindicato y referente yaskysta de la CTA, fue sintomática al criticar la heroica huelga de los docentes de Santa Cruz, al plantear que los docentes se trazaron objetivos imposibles de cumplir. Olvidando informar a la asamblea que el reclamo del 50% de aumento de los docentes tenía su correlato en el altísimo costo de vida de las provincias patagónicas del país y que, el año anterior, los docentes de esa provincia no habían tenido paritarias. El mismo discurso derrotista y amenazante había sido utilizado cuando fue la huelga de los trabajadores del Casino.
La Lista Naranja desplegó una importante agitación en el gremio. El balance final no puede dejar de señalar el gran desafío político de discusión y debate con los sectores kirchneristas del gremio y para desarrollar las fuertes tendencias independientes que existen en telefónicos. La lucha contra los topes salariales, contra el tercerismo, por la defensa del convenio que viene siendo avasallado y el desenvolviendo el Frente de Izquierda como alternativa política anti-capitalista son el camino a seguir.
Flavio Pereyra, delegado edificio República – Pablo Eibuszyc, delegado edificio Libertad
Nota publicada en Prensa Obrera 1184 – 7/7/2011 Sindicales
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